Por estos motivos ‘deberías’ desactivar Windows Defender por completo (y otras para no hacerlo)

Además, debido a su integración en todo el sistema, no siempre es la mejor opción en determinadas circunstancias debido al férreo control que tiene sobre todo el sistema. Si estás contemplando la posibilidad de desactivar Windows Defender (no se puede desinstalar), a continuación, os mostramos diferentes motivos tanto para llevar cabo esta acción como para no hacerlo.

  • Instalar otros antivirus: Si instalamos un antivirus en Windows, antes de nada, lo primero que debemos hacer es desactivar Windows Defender. Instalar otro antivirus que funcione como complemento a Windows Defender no es una buena idea, ya que ambos antivirus pelearán por analizar todos los archivos que descarguemos de internet, las páginas web que visitemos y en general, analizar en tiempo real nuestro equipo en búsqueda de amenazas, afectando seriamente al rendimiento de nuestro PC.
  • Problemas con aplicaciones antiguas: Muchas son las aplicaciones antiguas que, al llevar tiempo sin actualizarse, no están firmadas por desarrolladores autorizados y conocidos por Microsoft, por lo que el sistema, de forma nativa, detecta que la aplicación no está firmada y bloquea automáticamente su descarga, un proceso que podemos revertir fácilmente accediendo al mensaje que nos muestra.
  • Mejorar la privacidad: Cualquier antivirus, está diseñado para proteger nuestro PC ante cualquier tipo de amenazas no para garantizar nuestra privacidad. Si queremos que nuestro equipo esté protegido en todo momento, debemos darle los permisos de acceso necesario para pueda hacerlo. Este motivo se puede aplicar tanto a Windows Defender como al resto de antivirus que tenemos a nuestra disposición.

-¿Merece la pena?

Windows Defender es el antivirus nativo de Windows, lo que supone una ventaja en cuanto a rendimiento que no vamos a encontrar en ningún otro programa, sobre todo en equipos antiguos donde el rendimiento del sistema es fundamental para ofrecer la mejor experiencia de usuario posible, un factor muy importante que puede ser más que suficiente para valorar o no desactivar Defender en Windows.

Además, su funcionamiento está ligado al firewall de Windows, otra herramienta nativa de Windows que funciona de la mano de Defender. Si instalamos una aplicación de terceros, el control del firewall en Windows pasa por las manos del antivirus que instalemos, por lo que, una vez más, en equipos antiguos, se notará un bajón de rendimiento que perjudicará enormemente la experiencia de uso.