Hablar de Brave, tanto el navegador como el buscador, es referirnos a una propuesta que, desde su mismo nacimiento, puso la privacidad en el centro, planteando ofrecer a sus usuarios una alternativa mucho más respetuosa, a este respecto, de lo que proporcionan los productos y servicios más destacados de ambos mercados. Y así, con el tiempo, ha logrado labrarse una gran reputación, que los convierten en la primera elección de muchos usuarios preocupados por la privacidad.
El navegador, que es el primero de los elementos de su actual ecosistema, debutó en el mercado a principios de 2016, y el trabajo para poner en marcha su buscador se hizo público, por primera vez, en marzo de 2021, viendo la luz su primera versión beta abierta unos meses después, en junio del mismo año. De manera adicional, la compañía empezó a ofrecer un servicio propio de VPN en 2020 para los usuarios de Android e iOS, que a principios de este año dio el salto a Windows y macOS, ampliando de este modo su alcance.
Recordemos que el servicio de VPN de Brave no es gratuito, a diferencia de la VPN básica integrada en Opera, por poner un ejemplo. Su coste es de 9,99 dólares mensuales o 99,99 dólares anuales y, por dicho importe, podemos proteger las comunicaciones de hasta cinco dispositivos. Para aquellos que necesiten poder utilizar este servicio de Brave en más dispositivos, es posible añadirlos pagando una cuota mensual extra de dos dólares por cada uno de ellos.
Como ya te contamos cuando se lanzó la versión de escritorio, en el caso de Windows es necesario instalar una aplicación independiente, pues la protección se extiende a todo el tráfico de red del dispositivo, no solo al navegador. Lo que no sabíamos y tampoco esperábamos es lo que podemos leer en Android Police, y es que Brave instala dos servicios de su software de VPN+Firewall en Windows, aunque el usuario no haya contratado estas funciones.
Es cierto, sí, que los servicios no se activan automáticamente, es decir, que permanecen inactivos hasta que su uso sea necesario, es decir, cuando el usuario contrate (si es que lo hace) la VPN de Brave. No obstante, esto es algo que no debería ocurrir, tal y como ha reconocido Brian Clifton, vicepresidente de ingeniería de Brave, que ha dado respuesta a la publicación de este hecho en un hilo de GitHub en el que da acuse de recibo y afirma que ya están trabajando para solucionarlo, es decir, para que estos servicios no se instalen en Windows a no ser que sean necesarios.
En comparación con lo que hemos visto en otros navegadores, esto no resulta un gran problema, pero sí que es cierto que la instalación de componentes innecesarios en los sistemas es una mala praxis, que además puede dar lugar a problemas de seguridad adicionales, algo en lo que, como grandes defensores de la privacidad (y justamente reconocidos como tales, esto no lo niego), deberían ser más cuidadosos que sus competidores. Así, esto no es un suspenso, pero sí un tirón de orejas para que pongan más atención en estos detalles.