Windows 11 en un bucle infinito, el insólito bug que duplica los procesos del Administrador de Tareas cada vez que intentas cerrarlo

El Administrador de tareas de Windows ha sido, durante décadas, el refugio de millones de usuarios cada vez que algo va mal. Esa herramienta silenciosa, capaz de poner orden cuando una aplicación se congela o un proceso se rebela, es el símbolo del control dentro del caos digital. Sin embargo, un nuevo fallo descubierto en Windows 11 está transformando a este icónico salvavidas en un enemigo inesperado: cerrar el Administrador ya no lo cierra, sino que lo multiplica.

El problema ha surgido tras la instalación de la actualización opcional KB5067036, correspondiente a la versión 23H2 de Windows 11. Lo que debería ser una simple acción rutinaria hacer clic en la “X” para cerrar la ventana ahora provoca el efecto contrario: el sistema crea múltiples instancias ocultas del Administrador de tareas, que permanecen ejecutándose en segundo plano sin que el usuario lo sepa.

-El fallo: una acción cotidiana que desencadena un bucle invisible

A primera vista, el comportamiento parece una simple anomalía, pero sus consecuencias pueden ser notorias. Al intentar cerrar el Administrador, Windows no detiene realmente el proceso “Taskmgr.exe”. En su lugar, lo mantiene activo, y si el usuario vuelve a abrir la herramienta, se inicia una nueva instancia sin cerrar la anterior.

Este fenómeno, que ya ha sido reportado en comunidades como Reddit y Microsoft Feedback Hub, genera un efecto en cadena: el sistema acumula procesos duplicados que consumen memoria RAM y recursos del procesador, reduciendo el rendimiento general del equipo.

Algunos usuarios han detectado incrementos de hasta un 20 % en el uso de CPU, además de ralentizaciones notorias en tareas básicas. En entornos corporativos o técnicos, donde la monitorización de procesos es constante, el error se hace aún más evidente: cada “cierre” del Administrador genera un clon fantasma que permanece activo en segundo plano.

-Las consecuencias: ralentizaciones y procesos zombis en Windows 11

Aunque el bug no provoca bloqueos catastróficos ni pérdidas de datos, sí representa un problema de rendimiento y de estabilidad general del sistema. Cada instancia extra del Administrador de tareas se comporta como un proceso zombi, ocupando recursos que no deberían estar en uso.

En equipos con poca memoria disponible o donde se ejecutan tareas exigentes como videojuegos, máquinas virtuales o entornos de desarrollo, esta acumulación de procesos puede notablemente degradar la experiencia del usuario.

De hecho, algunos reportes mencionan que los ventiladores de la CPU comienzan a girar más rápido tras varios intentos de cerrar la herramienta, un síntoma inequívoco de que algo está consumiendo potencia sin razón aparente.

-El silencio de Microsoft: sin reconocimiento ni solución oficial

Hasta el momento, Microsoft no ha emitido un comunicado oficial reconociendo el error. La actualización afectada, la KB5067036, pertenece a la categoría de “actualización preview”, lo que implica que forma parte del ciclo de pruebas antes del lanzamiento público del parche definitivo.

En teoría, estas versiones previas sirven precisamente para detectar este tipo de errores, pero la ironía de que el fallo involucre al propio Administrador de tareas la herramienta que se usa para detener procesos defectuosos no ha pasado desapercibida para la comunidad tecnológica.

A falta de una respuesta oficial, los usuarios se han visto obligados a encontrar soluciones temporales para mantener su sistema bajo control. Entre ellas, destacan tres métodos principales:

  • Evitar instalar la actualización KB5067036 hasta que se confirme un parche estable.
  • Forzar el cierre manual del proceso desde la línea de comandos con el comando taskkill /f /im Taskmgr.exe.
  • Reiniciar el equipo por completo, lo que elimina todas las instancias abiertas y devuelve el sistema a su estado normal.

Otros, más pragmáticos, simplemente optan por no cerrar el Administrador y minimizar la ventana, una especie de solución simbólica para “encerrar” al proceso rebelde sin provocarlo más.

-Un bug irónico que revela las paradojas de Windows 11

Este curioso fallo no pasaría de ser una anécdota técnica si no fuera por lo simbólico que resulta: la herramienta diseñada para controlar los errores del sistema se ha convertido en uno de ellos. Es un recordatorio de que, incluso en un software tan maduro como Windows, la perfección sigue siendo una meta lejana.

Windows 11, que nació con la promesa de una experiencia más fluida y moderna, ha experimentado varios tropiezos con actualizaciones recientes. Desde errores que bloqueaban impresoras hasta fallos que provocaban reinicios aleatorios, Microsoft ha tenido que equilibrar la innovación con la estabilidad. Este nuevo episodio vuelve a poner sobre la mesa el delicado equilibrio entre las actualizaciones rápidas y la fiabilidad que los usuarios esperan.

El Administrador de tareas siempre ha sido el último recurso de quienes buscan recuperar el control de su ordenador. Es el botón de emergencia, el “todo bajo control” en tiempos de caos digital. Sin embargo, este bug demuestra que incluso los pilares más firmes del sistema operativo pueden tambalearse ante una línea de código defectuosa. Mientras Microsoft trabaja (en silencio) en un parche, la comunidad observa con mezcla de frustración y humor un fenómeno que, aunque menor, encarna a la perfección la esencia de los bugs modernos: absurdos, impredecibles y, a veces, casi poéticos.