
Durante meses, Microsoft ha centrado buena parte de su estrategia en integrar inteligencia artificial dentro de Windows 11. Copilot, la herramienta impulsada por IA, ha sido presentada como el gran atractivo del sistema operativo. Sin embargo, mientras la conversación pública gira en torno a los chatbots y asistentes contextuales, en un segundo plano ha madurado una tecnología que podría tener un impacto mucho más profundo: las claves de acceso, o passkeys.
Aunque suene menos glamuroso que un asistente con IA, este sistema promete transformar la seguridad digital y la forma en la que los usuarios acceden a sus servicios, desde el correo electrónico hasta las plataformas bancarias. Windows 11 no solo ha adoptado esta tecnología: la ha convertido en parte esencial de su identidad de seguridad.
-Adiós a las contraseñas: cómo funcionan las passkeys
Las contraseñas llevan décadas siendo el punto débil de la seguridad digital. Pese a los gestores, las dobles verificaciones y las recomendaciones de complejidad, el problema sigue siendo estructural: las contraseñas pueden ser robadas, filtradas o adivinadas. Las passkeys, en cambio, eliminan de raíz esa vulnerabilidad.
Este sistema se basa en los estándares FIDO2 y WebAuthn, desarrollados por la FIDO Alliance, una coalición de gigantes tecnológicos que incluye a Microsoft, Google y Apple. Su funcionamiento es sencillo desde la perspectiva del usuario, pero altamente sofisticado en lo técnico: en lugar de almacenar una contraseña en un servidor remoto, el dispositivo genera un par de claves criptográficas, una pública y otra privada.
La clave privada nunca abandona el equipo, mientras que la pública se usa para verificar la autenticidad del acceso. El resultado es un método de inicio de sesión más rápido, más seguro y sin contraseñas. En Windows 11, la implementación se realiza a través de Windows Hello, que permite usar el reconocimiento facial, la huella dactilar o un PIN local para autenticar al usuario.
-Seguridad biométrica como estándar
La gran fortaleza de las passkeys en Windows 11 es su integración directa con la capa de seguridad biométrica del sistema operativo. Al usar Windows Hello, el inicio de sesión puede realizarse en cuestión de segundos, y solo si el sistema reconoce al usuario mediante su rostro, huella o un código PIN local cifrado. Esto no solo mejora la experiencia de acceso, sino que reduce drásticamente la exposición al phishing, el tipo de ataque más común y devastador de la actualidad.
Los atacantes ya no pueden engañar al usuario con una página falsa o interceptar contraseñas, porque no hay contraseña que robar. Además, cada clave generada es única y se asocia de forma exclusiva al dispositivo donde se creó.
En la práctica, esto significa que los usuarios pueden iniciar sesión en Google, WhatsApp Web, bancos, tiendas digitales o servicios corporativos sin recordar ni una sola clave. Los navegadores modernos, como Edge y Chrome, son plenamente compatibles, y el sistema sincroniza las passkeys entre dispositivos mediante la cuenta de Microsoft.
-La evolución del ecosistema sin contraseñas
Aunque la idea de abandonar las contraseñas no es nueva, su adopción masiva ha sido lenta. El impulso real ha llegado cuando las grandes plataformas decidieron apostar por la interoperabilidad. Hoy, crear una passkey en Windows 11 permite acceder también desde un iPhone o un dispositivo Android, gracias a la sincronización en la nube bajo los mismos estándares FIDO.
En la visión de Microsoft, el futuro de la autenticación no depende de recordar nada, sino de probar quién eres mediante medios biométricos o dispositivos físicos de confianza.
Este enfoque, además, apunta a reducir la dependencia de gestores de contraseñas y a simplificar la vida digital de millones de usuarios, sin sacrificar seguridad.
No se trata de una promesa abstracta: Google, PayPal, GitHub y numerosas entidades bancarias ya utilizan passkeys como opción predeterminada o recomendada. En todos los casos, la experiencia es idéntica: basta con aprobar el inicio desde el propio dispositivo, sin ingresar credenciales.
-¿Cómo activar y usar passkeys en Windows 11?
Microsoft ha simplificado el proceso al máximo. Configurar una clave de acceso requiere apenas unos pasos:
- Abre el menú de Configuración (atajo Win + I).
- En la barra lateral, selecciona Cuentas → Opciones de inicio de sesión.
- Activa Windows Hello y elige el método de autenticación preferido: reconocimiento facial, huella dactilar o PIN.
- Una vez configurado, cada vez que un sitio web o aplicación compatible solicite autenticación mediante passkey, podrás vincular tu identidad directamente desde el sistema.
Por ejemplo, en el caso de Google, basta con visitar el panel de seguridad en g.co/passkeys, elegir Crear una llave de acceso y confirmar la acción desde Windows Hello. A partir de ese momento, tu inicio de sesión en Google se realizará con un simple reconocimiento facial o PIN local.
-Una revolución silenciosa en la seguridad digital
El verdadero mérito de las passkeys no está en su novedad tecnológica, sino en su implementación práctica y masiva. Windows 11 ha logrado integrar un sistema criptográfico complejo dentro de una experiencia cotidiana y transparente para el usuario. En un contexto donde la inteligencia artificial y los asistentes virtuales acaparan los titulares, esta innovación representa un avance tangible y duradero. No busca impresionar con algoritmos que predicen tus acciones, sino garantizar que solo tú puedas acceder a tus datos.
Si las tendencias actuales continúan, 2026 podría ser el año en que las contraseñas tradicionales empiecen a desaparecer de manera definitiva del ecosistema Windows. Y cuando eso ocurra, no será Copilot quien lidere esa transición, sino una tecnología mucho más discreta, pero infinitamente más poderosa: las passkeys.