Rendimiento recuperado, el fallo de Windows que colapsaba tu PC consumiendo RAM y CPU ya tiene una solución fácil

Durante las últimas semanas, una falla inesperada en Windows 11 convirtió a una de sus herramientas más útiles en un auténtico problema de rendimiento. El Administrador de tareas, ese panel esencial desde el que los usuarios supervisan la actividad del sistema, terminó provocando exactamente lo contrario de lo que debía prevenir: consumo excesivo de memoria y CPU incluso después de ser cerrado.

Ahora, Microsoft ha confirmado la corrección del fallo a través de la actualización acumulativa KB5068861, disponible desde principios de noviembre. Pero el recorrido hasta este parche revela cómo incluso los componentes más básicos de un sistema operativo pueden verse comprometidos por pequeños errores en su gestión de procesos.

-Un fallo que convertía al Administrador de tareas en su propio enemigo

El problema se originaba en una condición que impedía que el proceso taskmgr.exe el ejecutable del Administrador de tareas se detuviera completamente una vez que el usuario cerraba la ventana. En otras palabras, el Administrador de tareas seguía corriendo en segundo plano, sin interfaz visible, generando múltiples instancias simultáneas del mismo proceso.

Estos procesos residuales acumulaban consumo de CPU y memoria RAM, afectando no solo al rendimiento general del sistema, sino también a la ejecución fluida de otras aplicaciones. En los casos más graves, los usuarios reportaron bloqueos del sistema, sobrecalentamiento del procesador y ralentizaciones persistentes tras varios intentos de cerrar y reabrir el Administrador.

-La comunidad detecta el error antes que Microsoft

La primera ola de reportes surgió en Reddit, en los foros oficiales de soporte de Microsoft y en plataformas técnicas como Neowin o Deskmodder, donde cientos de usuarios comenzaron a documentar comportamientos anómalos del Administrador de tareas tras las actualizaciones de finales de octubre.

Los síntomas coincidían: el sistema operativo quedaba saturado sin razón aparente, incluso en reposo. Al analizar el Administrador de tareas paradójicamente, la herramienta afectada los usuarios descubrieron múltiples instancias de taskmgr.exe activas en segundo plano, cada una consumiendo recursos. La propia Microsoft reconoció públicamente el error en su panel de incidencias conocidas de Windows 11, confirmando que el fallo se introdujo en una actualización opcional previa, la KB5067036, lanzada el 28 de octubre.

-La actualización KB5068861 pone fin al problema (y corrige más de lo esperado)

La solución definitiva llegó con la actualización KB5068861, que comenzó a distribuirse a principios de noviembre de 2025 como parte del ciclo de actualizaciones mensuales de seguridad.

Además de eliminar el error que mantenía vivo al Administrador de tareas, el parche corrige una vulnerabilidad en el servicio de actualización de Windows Server y un bug de arranque relacionado con BitLocker, que podía forzar a algunos equipos a iniciar en modo de recuperación de forma inesperada.

La compañía recomienda encarecidamente instalar la actualización de inmediato desde la sección Windows Update de la aplicación de Configuración, ya que incluye mejoras de estabilidad y mitigaciones de seguridad adicionales.

En palabras de un portavoz de Microsoft, “esta actualización soluciona un problema que afectaba a la gestión de procesos del Administrador de tareas, evitando que algunas instancias persistieran en segundo plano tras el cierre de la aplicación”.

-Soluciones temporales: los usuarios más técnicos tomaron el control

Antes de la llegada del parche, algunos usuarios con conocimientos avanzados recurrieron a métodos manuales para eliminar las instancias residuales de taskmgr.exe. La solución más rápida consistía en abrir una ventana del Símbolo del sistema (CMD) con permisos de administrador y ejecutar el siguiente comando:

taskkill.exe /im taskmgr.exe /f

Este comando fuerza la finalización de todos los procesos del Administrador de tareas en ejecución, restaurando temporalmente la estabilidad del sistema. No obstante, Microsoft advirtió que esta era solo una solución paliativa, y que el error podía reaparecer tras reiniciar el equipo o volver a abrir el Administrador.

-¿Cómo instalar el parche y verificar la corrección?

Los usuarios pueden confirmar si ya cuentan con la versión corregida accediendo a:

“Configuración > Windows Update > Historial de actualizaciones y verificando que la KB5068861 figure en la lista de actualizaciones instaladas.”

En caso contrario, el sistema puede buscar manualmente la actualización seleccionando Buscar actualizaciones. Una vez instalada, el Administrador de tareas vuelve a comportarse con normalidad, cerrándose completamente al presionar la “X” o al salir de la aplicación, sin procesos ocultos residuales.

-Una lección sobre la fragilidad del software moderno

El incidente pone de relieve la complejidad del ecosistema de Windows 11, donde incluso un componente básico y aparentemente inmutable como el Administrador de tareas puede verse afectado por una alteración en la gestión de procesos del sistema operativo.

También subraya el valor de las actualizaciones mensuales de seguridad, que no solo corrigen vulnerabilidades críticas, sino que también mantienen la estabilidad general del entorno operativo. La transparencia de Microsoft al reconocer el fallo y la rapidez en distribuir el parche reflejan una mejora notable en su política de mantenimiento y comunicación con los usuarios.

-El Administrador de tareas sigue siendo el corazón del sistema

A pesar del tropiezo, el Administrador de tareas continúa siendo una de las herramientas más poderosas e imprescindibles de Windows. Su capacidad para monitorear procesos, servicios, rendimiento de hardware y consumo energético lo convierte en una pieza central para cualquier usuario que busque controlar o diagnosticar su sistema.

El error reciente no hace más que recordar que incluso las funciones más consolidadas requieren un mantenimiento constante para adaptarse a las evoluciones del propio sistema operativo y a la creciente complejidad de las tareas que ejecuta.

-Un fallo resuelto, una advertencia latente

El episodio del Administrador de tareas en Windows 11 sirve como recordatorio de que la estabilidad de un sistema operativo depende tanto del código como de la vigilancia continua. Microsoft ha respondido con rapidez, pero el hecho de que una herramienta de gestión interna haya terminado consumiendo los mismos recursos que debía controlar, ilustra los retos técnicos de mantener un sistema operativo en constante evolución. La actualización KB5068861 marca el cierre de un problema que, aunque breve, afectó a miles de usuarios y dejó una lección clara: en la era de los parches constantes, no hay componente demasiado básico para fallar, ni actualización demasiado menor para ser ignorada.