Microsoft frena una de las funciones clave de Windows 11 para empresas, la automatización de actualizaciones tendrá que esperar hasta 2026

La transición que Microsoft esperaba tras el fin del soporte de Windows 10 no está avanzando al ritmo que la compañía pronosticó. Con millones de equipos aún pendientes de migrar a Windows 11 y un ecosistema empresarial que depende de procesos de actualización seguros y predecibles, cualquier modificación en la estrategia de despliegue tiene un impacto directo en las organizaciones. Ese es el contexto en el que ahora emerge una noticia significativa: una de las funciones diseñadas para agilizar el mantenimiento del sistema operativo no llegará tan pronto como estaba previsto.

La empresa había anunciado un mecanismo destinado a transformar la forma en la que se gestionan las actualizaciones durante la configuración inicial de un nuevo equipo. Sin embargo, después de meses de pruebas internas y de recopilar la opinión de administradores de TI, Microsoft ha decidido aplazar la llegada de esta característica hasta enero de 2026.

-Un intento de simplificar la carga de Windows Update

Durante septiembre de 2024, Microsoft adelantó que estaba trabajando en un sistema que permitiría instalar automáticamente las actualizaciones de calidad de Windows durante el proceso de OOBE (Out-of-Box Experience), es decir, cuando un equipo se enciende por primera vez. Esta función apuntaba a un objetivo claro: garantizar que los dispositivos iniciaran su vida útil con los parches de seguridad más recientes aplicados sin necesidad de ciclos adicionales de Windows Update.

Cuando Microsoft habla de “actualizaciones de calidad”, se refiere a las acumulativas mensuales que se despliegan cada Patch Tuesday. Estas incluyen correcciones de vulnerabilidades críticas, mejoras de estabilidad y ajustes de componentes del sistema. Son, efectivamente, el núcleo del mantenimiento de Windows. Entre los últimos parches enviados por la compañía se encuentran KB5072033 y KB5071417 para Windows 11, y KB5071546 y KB5071544 para las versiones extensas de Windows 10.

En entornos corporativos, aplicar este tipo de actualizaciones suele implicar varias horas de trabajo por parte de los administradores, especialmente durante la preparación de un equipo nuevo. Integrarlas en el proceso inicial prometía recortar de forma sustancial ese tiempo.

-Las políticas introducidas en febrero desataron más dudas que certezas

En febrero de 2025, Microsoft comenzó a distribuir políticas específicas destinadas a habilitar este nuevo mecanismo dentro de los procesos empresariales. Estas configuraciones podían aplicarse mediante GPO, Intune o soluciones MDM, siguiendo un enfoque similar al que Microsoft ya utilizaba para el despliegue de actualizaciones de características.

El movimiento parecía lógico: permitir que las empresas ajustaran cuándo y cómo implementar las actualizaciones durante la configuración inicial de los equipos. Sin embargo, la recepción entre administradores fue menos entusiasta de lo que Microsoft esperaba. Muchos reportaron inconsistencias, comportamientos inesperados durante el OOBE y dudas sobre el impacto real en la seguridad si la automatización no funcionaba de manera uniforme en diferentes modelos de hardware.

Mientras la compañía publicaba documentación adicional para clarificar el funcionamiento de la función, quedaba claro que la transición no sería tan inmediata como se había planteado.

-Microsoft pisa el freno

Esta misma semana, la empresa confirmó oficialmente que la función no se incorporará a Windows 11 hasta enero de 2026. Y, además, no estará activada por defecto: las organizaciones deberán decidir explícitamente si quieren habilitarla.

La compañía argumenta que el aplazamiento responde precisamente a la retroalimentación procedente de administradores de TI que pedían más control, más documentación y mayor previsibilidad antes de integrar este sistema en la rutina de despliegues empresariales.

El retraso no es menor. Según estimaciones internas de Microsoft, la preparación de un equipo nuevo puede consumir entre cuatro y ocho horas, de las cuales dos o tres suelen dedicarse exclusivamente a ejecutar Windows Update hasta dejar el sistema completamente parcheado. La automatización prometía reducir este proceso hasta en un 40% y garantizar que cada dispositivo estuviera protegido desde el primer arranque.

Este ahorro de tiempo es especialmente valioso en despliegues masivos de ordenadores, como los que realizan empresas, instituciones educativas o departamentos gubernamentales.

-El nuevo sistema llegará únicamente a las ediciones profesionales y educativas

Microsoft aclara que la funcionalidad estará presente a partir de la actualización de seguridad de enero de 2026 y que solo podrán utilizarla los equipos con Windows 11 22H2 o versiones posteriores. También será exclusiva para las ediciones Enterprise, Pro, Education y SE.

En otras palabras, se trata de una herramienta creada únicamente para el entorno corporativo, un espacio en el que los tiempos de instalación, la previsibilidad y el nivel de seguridad en el arranque tienen un impacto directo en la eficiencia operativa.

-La transición desde Windows 10 está siendo más lenta de lo previsto, y Microsoft ajusta sus prioridades

El retraso deja entrever una realidad incómoda para Microsoft: en plena fase de migración masiva desde Windows 10, cualquier elemento relacionado con las actualizaciones —sea en forma de parches tardíos, funciones que no llegan a tiempo o cambios en la política de mantenimiento— adquiere un peso estratégico.

La compañía aspira a que Windows 11 se perciba como un sistema más seguro y más preparado para las necesidades actuales, pero la transición está siendo más compleja de lo que esperaban. Con millones de dispositivos todavía dependiendo de Windows 10, cualquier tropiezo o retraso puede erosionar la aceptación del sistema más reciente.

Por ahora, las empresas tendrán que continuar utilizando los métodos tradicionales para poner al día sus equipos durante la fase de configuración inicial. La automatización completa, esa que buscaba reducir al mínimo los tiempos de preparación y asegurar que cada dispositivo arrancara blindado, deberá esperar hasta 2026.