
La actualización de seguridad distribuida por Microsoft durante el ciclo de noviembre ha traído consigo un cambio silencioso pero decisivo: la compañía ha bloqueado uno de los métodos más extendidos para activar ilegalmente Windows y Office. La modificación afecta directamente a KMS38, una herramienta ampliamente conocida en comunidades de piratería y foros de entusiastas, utilizada durante años como mecanismo para obtener instalaciones plenamente funcionales del sistema operativo sin pasar por caja.
Aunque Microsoft ha convivido históricamente con el fenómeno de las activaciones no autorizadas, rara vez había intervenido de manera tan frontal contra un método concreto. Esta vez, sin embargo, la compañía parece haber decidido que la permisividad tenía un límite.
-Un ecosistema donde la piratería se había sofisticado
Para comprender el alcance del cambio, es necesario recordar que Windows 11 exige una licencia válida o una suscripción para activarse. Sin embargo, desde hace más de una década existen soluciones paralelas que permiten engañar al sistema mediante servidores KMS falsos o scripts que modifican los mecanismos de validación interna. En ese terreno es donde nació KMS38, un conjunto de herramientas desarrollado por el colectivo Massgrave, famoso por su trabajo en lo que denominan Scripts de Activación de Microsoft.
La herramienta ofrecía lo que muchos usuarios consideraban la “solución ideal”: una activación que no desaparecía con el tiempo, sin mensajes intrusivos ni restricciones de uso, y compatible con versiones recientes tanto de Windows como de la suite Microsoft Office. En la práctica, miles de usuarios han dependido de este sistema para usar los productos de la compañía sin adquirir una licencia.
-El bloqueo: un cambio técnico con repercusiones inmediatas
Durante el despliegue del último Patch Tuesday, la activación basada en KMS38 dejó de funcionar de manera repentina. La herramienta ya no puede completar el proceso de validación y, en su lugar, desencadena mensajes persistentes que instan al usuario a adquirir una licencia legítima. Varias pruebas realizadas por medios especializados, así como reportes de usuarios, confirman que el bloqueo es consistente y afecta tanto a instalaciones nuevas como a sistemas que ya dependían del método.
La comunidad de Massgrave reaccionó con rapidez: confirmó públicamente que el método había sido neutralizado y señaló que se encuentran analizando el componente concreto que Microsoft modificó para interrumpir el funcionamiento de sus scripts. Su respuesta también incluyó una recomendación provisional: recurrir a alternativas como HWID o TSforge, que por ahora siguen operativo, aunque nadie descarta que futuras actualizaciones sigan un camino similar al de KMS38.
-La dimensión simbólica de la intervención de Microsoft
Lo que resulta llamativo no es solo el bloqueo en sí, sino la decisión estratégica. Durante años, Microsoft se mostró relativamente indiferente hacia herramientas de este tipo, consciente de que buena parte de su adopción global se debía a usuarios que, por diversos motivos, recurrían a activaciones no autorizadas. El movimiento reciente sugiere un cambio de postura: Windows 11 es una plataforma que la compañía busca consolidar con un nivel de control más estricto, tanto por factores comerciales como por razones de seguridad.
La eliminación de KMS38 también se produce en un momento en que Microsoft ha intensificado el impulso hacia sus suscripciones corporativas y servicios en la nube, donde la validación de licencias forma parte central del modelo económico.
-Un mercado donde las licencias legales ya no son prohibitivas
La discusión sobre la piratería de Windows suele estar asociada a los precios. Sin embargo, el panorama actual es significativamente distinto al de hace una década. En mercados internacionales, es habitual encontrar licencias definitivas de Windows 11 a valores que rondan los 10 dólares, mientras que Office 2021 Pro puede encontrarse por alrededor de 39 dólares. La existencia de mercados paralelos y distribuidores oficiales a bajo coste ha hecho que las barreras económicas no sean tan determinantes como antes.
Aun así, KMS38 permanecía disponible en plataformas como GitHub o Azure DevOps, una situación peculiar que daba cuenta de la ambigüedad con la que se trataba a estas herramientas dentro del propio ecosistema de desarrollo.
-¿Qué viene ahora para el ecosistema de activaciones ilícitas?
La eliminación de KMS38 no significa el final de las activaciones no autorizadas, pero sí representa una ruptura importante. La herramienta era uno de los mecanismos más populares, fáciles de usar y estables dentro del mundo de la piratería de software de Microsoft. Su desaparición en Windows 11 podría generar una cascada de esfuerzos por parte de la comunidad para diseñar alternativas, al tiempo que Microsoft podría adoptar una postura más intervencionista para cerrar más vías.
La pregunta clave es cuánto tiempo seguirán funcionando los métodos que aún permanecen activos y si el bloqueo reciente es un caso aislado o el primer paso de una política más agresiva a largo plazo.
-Una maniobra que trasciende lo técnico
Más allá del código y los parches, el bloqueo de KMS38 encaja en una narrativa más amplia: Microsoft está redefiniendo cómo controla su software, cómo gestiona el ciclo de vida de sus licencias y cómo actúa ante prácticas que, por años, ha tolerado tácitamente. El nuevo Windows 11 no solo es un sistema más moderno, sino un entorno donde la compañía quiere ejercer una supervisión más estricta.