
La elección entre actualizar el sistema operativo o realizar una instalación limpia de Windows 11 dependerá en gran medida de las necesidades de cada usuario. No obstante, en la mayoría de los casos resulta más recomendable optar por la segunda alternativa, ya que al efectuar una instalación desde cero se garantiza un mejor aprovechamiento del rendimiento que ofrece esta versión del sistema.
Ahora bien, una vez completado el proceso de instalación, no basta con conformarse con el entorno base. Existen ciertas configuraciones y ajustes que conviene llevar a cabo de inmediato para optimizar la experiencia y reforzar la seguridad del equipo. A continuación, se detallan aquellas acciones que deberían considerarse imprescindibles tras instalar Windows 11 desde cero.
-Seguridad inicial: protección de datos y copias de seguridad
Uno de los cambios más relevantes introducidos a partir de Windows 11 24H2 es que el cifrado de dispositivos mediante BitLocker se activa automáticamente al iniciar sesión con una cuenta de Microsoft tras una instalación limpia. Aunque esta medida refuerza la seguridad, presenta un detalle importante: la clave de recuperación queda almacenada en la nube. Por ello, se recomienda realizar una copia de seguridad manual de dicha clave. Esto puede hacerse desde el menú Dispositivos > Administrar claves de BitLocker, garantizando así que la recuperación del acceso sea posible incluso si ocurre un problema con la cuenta principal.
-Restauración del sistema: una red de seguridad adicional
Windows 11 desactiva por defecto la creación de puntos de restauración con el fin de ahorrar espacio, sobre todo en equipos con capacidad de almacenamiento reducida. Sin embargo, esta funcionalidad resulta esencial para poder revertir el sistema a un estado anterior en caso de fallos, errores de configuración o instalación de programas problemáticos. Para activarla, basta con acceder al menú de inicio, escribir Ver configuración avanzada del sistema, abrir el cuadro de diálogo de Propiedades del sistema y habilitar la Protección del sistema en la pestaña correspondiente.
-Actualización del sistema y controladores
Disponer de la última versión de Windows 11 es un paso fundamental, ya que Microsoft introduce constantemente mejoras de seguridad, rendimiento y compatibilidad. Para ello, se recomienda acceder a Windows Update y verificar la disponibilidad de actualizaciones pendientes.
Del mismo modo, mantener los controladores al día garantiza que cada componente del hardware funcione de manera óptima. Esto puede realizarse fácilmente desde el Administrador de dispositivos, donde es posible actualizar cada controlador de forma automática y asegurarse de que el equipo aproveche al máximo su potencial.
-Personalización de notificaciones y experiencia de usuario
Una instalación limpia de Windows 11 trae consigo una avalancha de notificaciones que, en muchos casos, resultan más molestas que útiles. Para evitar distracciones innecesarias y adaptar el sistema a las necesidades del usuario, es recomendable acceder al apartado de Configuración > Notificaciones y seleccionar únicamente aquellas que resulten realmente relevantes. Esta personalización permite mantener un entorno de trabajo más ordenado, eficiente y libre de interrupciones.
-Optimización tras la instalación
Realizar una instalación limpia de Windows 11 es una decisión que ofrece claras ventajas en cuanto a rendimiento y estabilidad. Sin embargo, para aprovechar plenamente estas ventajas es imprescindible dar los pasos iniciales adecuados: proteger las claves de seguridad, habilitar la restauración del sistema, mantener actualizado tanto el software como los controladores y adaptar la experiencia de uso a las preferencias personales. Solo así se logrará un sistema robusto, seguro y eficiente desde el primer momento.