
Cerrar un producto que ha formado parte de la rutina diaria de millones de personas nunca es un proceso inmediato. Mucho menos cuando ese producto ha estado integrado durante años en teléfonos, altavoces inteligentes, coches y relojes, respondiendo a una simple frase que se convirtió en hábito: “Ok Google”. La retirada de Google Assistant no podía resolverse con un apagado repentino, y lo que estamos viendo ahora confirma que su despedida será progresiva, irregular y, en algunos casos, más larga de lo previsto.
Google lleva tiempo dejando claro que el futuro de sus asistentes digitales pasa por Gemini, su plataforma de inteligencia artificial generativa. Sin embargo, la transición práctica desde Assistant hacia este nuevo modelo está encontrando más obstáculos de los anticipados, obligando a la compañía a ajustar calendarios y asumir una convivencia temporal entre ambos sistemas.
-De asistente clásico a IA generativa: un cambio de paradigma
Google Assistant nació como un asistente contextual, diseñado para ejecutar comandos, responder preguntas concretas y controlar dispositivos conectados. Gemini, en cambio, responde a una lógica completamente distinta. No es solo un asistente, sino un sistema conversacional capaz de razonar, generar texto, interpretar imágenes y adaptarse al contexto de forma mucho más profunda.
Ese salto tecnológico implica algo más que una actualización de software. Supone cambiar la forma en la que los usuarios interactúan con sus dispositivos y, sobre todo, garantizar que esa nueva experiencia funcione de manera consistente en un ecosistema Android extremadamente fragmentado. Y ahí es donde empiezan los problemas.
-Marzo de 2026 sigue siendo la fecha clave, pero no para todos
Google mantiene oficialmente marzo de 2026 como el momento en el que Google Assistant dejará de estar disponible de forma generalizada. Esa hoja de ruta no ha cambiado. Lo que sí se ha modificado es la velocidad a la que algunos dispositivos están siendo migrados a Gemini.
Según ha reconocido la propia compañía, el proceso está resultando más complejo en determinados escenarios. No todos los móviles cuentan con el hardware adecuado, ni todas las regiones tienen acceso pleno a las mismas funciones, ni todos los usuarios utilizan Assistant del mismo modo. Forzar una migración inmediata podría traducirse en fallos, pérdidas de funcionalidad o una experiencia inconsistente, algo que Google parece decidida a evitar.
Como consecuencia, algunos usuarios de Android seguirán utilizando Google Assistant durante más tiempo del previsto inicialmente, mientras la empresa ajusta el despliegue de Gemini y pule los mecanismos de transición.
-Una coexistencia desigual según dispositivo, región y uso
La retirada de Assistant no se está produciendo de manera uniforme. La permanencia temporal del asistente clásico depende de múltiples factores, como el modelo de teléfono, la versión del sistema operativo, la disponibilidad regional de Gemini o incluso el tipo de tareas que el usuario realiza con más frecuencia.
En la práctica, esto significa que mientras algunos usuarios ya interactúan casi exclusivamente con Gemini, otros seguirán recurriendo a Google Assistant para funciones básicas durante meses, e incluso más allá de lo esperado. Esta fragmentación no responde a una falta de decisión estratégica, sino a la complejidad técnica de sustituir una pieza clave del sistema operativo sin romper la experiencia de uso.
-Google Assistant entra en modo mantenimiento
Conviene despejar cualquier duda: Google no ha dado marcha atrás. Assistant no tendrá una segunda etapa ni recibirá mejoras significativas. Lo que está ocurriendo es una extensión de su vida útil en un estado claramente limitado.
Durante este periodo transitorio, Google Assistant seguirá cumpliendo con sus funciones esenciales, como gestionar recordatorios, controlar dispositivos del hogar, reproducir música o responder a comandos simples. Pero no incorporará nuevas capacidades, ni evolucionará al ritmo que sí lo hará Gemini. Es, en términos prácticos, un producto congelado, mantenido únicamente para garantizar estabilidad mientras se completa la transición.
-Lo que este retraso revela sobre cerrar productos exitosos
Más allá de la tecnología, este episodio dice mucho sobre lo difícil que resulta retirar un servicio ampliamente adoptado. Google Assistant no desaparece porque sea ineficaz o irrelevante, sino porque el enfoque de la compañía ha cambiado y la inteligencia artificial generativa se ha convertido en el eje central de su estrategia.
La despedida de Assistant no será abrupta, pero sí inevitable. Se alargará en el tiempo, convivirá con su sucesor y se apagará poco a poco, casi en silencio. Para muchos usuarios, eso significa seguir utilizándolo durante un tiempo más, sabiendo que cada interacción pertenece ya a una etapa que Google considera cerrada.