El Panel de control sigue desapareciendo en Windows 11, la hora y fecha se mueven a los nuevos ajustes

El paso del tiempo ha sido implacable con uno de los elementos más emblemáticos del sistema operativo de Microsoft: el Panel de Control. Lo que durante décadas fue el centro neurálgico para la gestión de opciones avanzadas y ajustes del sistema, hoy ocupa un lugar cada vez más marginal dentro del entorno de Windows. Esta tendencia, iniciada hace ya varios años, ha cobrado una nueva dimensión en Windows 11, donde el protagonismo se ha trasladado definitivamente hacia la aplicación de ‘Configuración’.

La migración de funciones hacia este nuevo entorno no es un movimiento improvisado. Por el contrario, responde a una estrategia que Microsoft viene ejecutando desde hace más de una década con el objetivo de consolidar una interfaz más moderna, coherente y accesible. En este proceso, funciones históricamente vinculadas al Panel de Control, como las relacionadas con la red o el almacenamiento, han sido trasladadas paulatinamente a ‘Ajuste’», lo que marca una ruptura progresiva con la lógica de administración tradicional del sistema.

-Una despedida silenciosa, pero constante

La transición es sutil, pero firme. Cada nueva compilación de Windows 11 representa un nuevo paso hacia la desaparición definitiva del Panel de Control. Recientemente, Microsoft ha comenzado a redirigir ciertas funciones específicas a la interfaz de Configuración, como es el caso de la gestión automática de la zona horaria. Hasta hace poco, esta opción podía configurarse indistintamente desde ambos entornos, pero a partir de la versión 22635.3790 del sistema, al intentar acceder a este ajuste desde el Panel de Control, el usuario será dirigido automáticamente al nuevo panel de Configuración, anulando la posibilidad de realizar esta gestión desde el espacio tradicional.

Este cambio puntual es apenas un ejemplo de una hoja de ruta cuidadosamente diseñada por Microsoft, que tiene como meta reducir al mínimo la dependencia del Panel de Control clásico. La empresa ha reconocido abiertamente que este proceso lleva años en curso y ha dejado claro que no hay intenciones de revertirlo.

-Preferencias divididas entre funcionalidad y diseño

El trasfondo de esta transición radica en la voluntad de unificar la experiencia de usuario bajo una interfaz más limpia y visualmente coherente. Sin embargo, no todos los usuarios comparten este enfoque. Muchos aún defienden el uso del Panel de Control por considerarlo una herramienta más precisa y completa, especialmente en tareas avanzadas de configuración que requieren mayor control sobre el sistema. Este desacuerdo pone de relieve una tensión entre la modernización de la experiencia visual y la conservación de funciones con una lógica más técnica y detallada.

A pesar de las críticas, Microsoft continúa avanzando en su proyecto de consolidación de Configuración como el núcleo de administración del sistema. No obstante, todavía existen áreas que siguen siendo accesibles únicamente desde el Panel de Control, como algunas configuraciones avanzadas de red, ajustes de sonido, herramientas del sistema y opciones de energía. Estas funciones se mantienen activas por el momento, aunque todo indica que su permanencia tiene los días contados.

-Una desaparición anunciada

El Panel de Control, tal como lo conocíamos, está destinado a desaparecer. No será de forma abrupta ni definitiva de un día para otro, pero el ritmo con el que se están trasladando sus funciones lo confirma: Microsoft quiere dejar atrás el modelo clásico de configuración. Y aunque es comprensible desde el punto de vista del diseño y la simplificación de la experiencia de usuario, también es evidente que este cambio implica la pérdida de una herramienta profundamente valorada por quienes buscan un control técnico más detallado del sistema operativo.

La despedida del Panel de Control no es solo un cambio estético, sino el reflejo de una transformación más amplia en la filosofía de desarrollo de Windows: una apuesta por la homogeneidad, la simplicidad y la adaptabilidad a nuevos perfiles de usuario, en detrimento de una estructura que, aunque eficiente y poderosa, pertenece ya a otra era del software.