
El Explorador de Archivos continúa siendo una de las piezas centrales de la experiencia Windows. La gestión de carpetas, documentos y unidades depende de una herramienta que, a pesar de evolucionar con los años, sigue siendo objeto de críticas por parte de usuarios exigentes. En Windows 11, las quejas se han intensificado, especialmente por la sensación de lentitud al iniciar la aplicación, un comportamiento que contrasta con la fluidez que muchos recuerdan de Windows 10.
Consciente de esta percepción, Microsoft está probando una estrategia inusual: precargar el Explorador de Archivos en segundo plano para que su apertura sea prácticamente inmediata. La idea es simple, pero los efectos que están reportando quienes participan en el programa Insider sugieren que la solución podría no estar funcionando como se esperaba.
-Una apuesta por la precarga: qué pretende resolver Microsoft
El retraso de uno o dos segundos al abrir el Explorador en Windows 11 no parece significativo a primera vista, pero se convierte en un gesto repetido miles de veces para millones de usuarios. Microsoft busca reducir este tiempo perceptible cargando parte del proceso en memoria antes de que el usuario solicite la aplicación.
La mecánica funciona así: el sistema operativo prepara el Explorador de manera anticipada, manteniendo componentes esenciales en la caché. Cuando el usuario pulsa la combinación Win + E o accede a la aplicación desde la barra de tareas, Windows no necesita iniciar todo desde cero, sino que recupera la información ya preparada en memoria local. El objetivo final es ofrecer una apertura casi instantánea.
Se trata de una técnica común en otros entornos, desde navegadores que precargan pestañas hasta aplicaciones móviles que mantienen procesos latentes para acelerar la interacción. Sin embargo, su implementación en Windows 11 está generando efectos secundarios importantes.
-Pruebas internas, expectativas altas y una realidad más compleja
Los testers del programa Insider han sido los primeros en experimentar con esta función. Según múltiples informes, la precarga efectivamente reduce el tiempo que tarda el Explorador en aparecer en pantalla. La apertura inicial mejora, y en algunos equipos esta reducción es notable.
Pero, más allá de ese primer impacto positivo, los usuarios reportan que la experiencia completa del Explorador sigue mostrando los mismos problemas de fondo: navegación pesada, carpetas que tardan en responder y un rendimiento general menos ágil que en Windows 10. La precarga, afirman, actúa únicamente como un acelerador superficial sin corregir los problemas internos que ralentizan la aplicación.
Esto significa que Microsoft habría logrado mejorar el inicio, pero no la utilización real. La comparación con Windows 10 aparece de forma recurrente en foros especializados, donde muchos destacan que el Explorador de la versión anterior continúa siendo claramente más rápido tanto al abrirse como al gestionar archivos.
-El impacto inesperado: más consumo de RAM y recursos del sistema
Uno de los efectos secundarios más preocupantes de esta función experimental es el aumento en el uso de memoria RAM. Al mantener partes del Explorador cargadas en segundo plano, Windows 11 reserva recursos incluso cuando el usuario no está interactuando con la aplicación.
Las pruebas compartidas por usuarios del programa Insider indican que esta precarga puede elevar de manera considerable el consumo de RAM asociado al Explorador. Esta situación se vuelve especialmente problemática en dispositivos con especificaciones modestas, donde cada megabyte cuenta y donde la experiencia del sistema podría verse comprometida.
Paradójicamente, la función que intenta mejorar la fluidez del Explorador podría terminar ralentizando otras áreas del sistema si no se optimiza adecuadamente.
-Una solución parcial que no resuelve la raíz del problema
La mayor crítica que están recibiendo estas pruebas se centra en la falta de mejoras estructurales dentro del Explorador de Archivos. La precarga acelera el arranque, pero no altera la arquitectura interna ni optimiza las operaciones que provocan lentitud al navegar entre carpetas o manejar archivos grandes.
De este modo, la sensación general es que Microsoft está interviniendo únicamente en la superficie. El Explorador continúa arrastrando los mismos cuellos de botella que ya habían sido señalados desde el lanzamiento de Windows 11, y la precarga, pese a su intención, no altera el comportamiento subyacente.
-La hoja de ruta: disponibilidad en 2026 y opciones para desactivar la función
Microsoft planea introducir esta característica en la versión estable de Windows 11 a comienzos de 2026. La compañía suele ajustar o descartar funciones experimentales en función del feedback que recibe de los Insiders, por lo que su implementación final podría sufrir cambios significativos si las pruebas actuales siguen mostrando efectos negativos.
Lo que sí está confirmado es que los usuarios podrán desactivar la precarga. La compañía integrará la función como una opción configurable dentro del propio sistema, lo que permitirá revertir su comportamiento en caso de que no proporcione beneficios reales o consuma más recursos de los deseados.
-Un indicador de un problema mayor: la compleja evolución del Explorador en Windows 11
La discusión abierta por estas pruebas va más allá de una simple función experimental. Refleja un debate recurrente sobre el estado del Explorador de Archivos en Windows 11, su rendimiento y la percepción general de que el sistema operativo ha priorizado la estética y la integración con servicios online por encima de la optimización interna.
Para muchos usuarios avanzados, el Explorador es una herramienta que debería mantenerse ligera, veloz y eficiente. Sin embargo, su integración con elementos modernos de la interfaz, componentes web y funcionalidades adicionales parece haber aumentado su complejidad, debilitando su rendimiento.
La precarga del Explorador de Archivos en Windows 11 representa un intento válido por mejorar la sensación de agilidad del sistema. No obstante, las pruebas iniciales sugieren que Microsoft deberá ir más allá de acelerar el arranque si quiere recuperar la confianza de los usuarios que comparan constantemente el rendimiento con el de Windows 10.