
Durante años, los discos SSD NVMe han sido uno de los mayores saltos de rendimiento en el PC moderno. Sus cifras de velocidad prometen tiempos de carga mínimos, transferencias casi instantáneas y una experiencia fluida tanto en trabajo profesional como en videojuegos. Sin embargo, hay un detalle poco conocido que ha estado actuando como cuello de botella silencioso: Windows ha gestionado estas unidades con un controlador diseñado en una época en la que este tipo de hardware simplemente no existía.
El responsable se llama disk.sys, un controlador introducido en 2006 que, pese a su antigüedad, ha seguido siendo la base del manejo de almacenamiento incluso para tecnologías tan avanzadas como NVMe. Para ponerlo en contexto, hablamos de software creado antes del iPhone, antes de los SSD de consumo y cuando los discos duros mecánicos dominaban por completo el mercado.
-Un legado técnico que nunca se actualizó del todo
Microsoft incorporó compatibilidad con NVMe a nivel de sistema operativo a partir de Windows 8.1, pero esa compatibilidad siempre ha sido, en cierto modo, superficial. El controlador disk.sys trata a los SSD NVMe como si fueran dispositivos SCSI, una arquitectura pensada para otro tipo de almacenamiento y otro contexto tecnológico.
El resultado ha sido funcional, pero lejos de óptimo. Los discos arrancan, leen y escriben datos, pero no lo hacen explotando todo el potencial del protocolo NVMe. Es una solución de compromiso: suficiente para el usuario medio, pero ineficiente para un hardware diseñado para trabajar con colas paralelas, latencias mínimas y acceso directo al bus PCIe.
Para activarlo deberas navegar hasta esta ruta:
HKEY_LOCAL_MACHINE/SYSTEM/CurrentControlSet/Services/nvmedis
Luego en su interior, tendrás que crear o editar, según el caso, 3 valores DWORD:
- Start: cambia el valor a 0 (iniciado el servicio automáticamente)
- Type: establécelo en 1 (esto afecta al servicio kernel)
- ErrorControl: colocarlo en 1
Si quieres más seguridad, puedes desactivar «disk.sys» para que presente algún problema. Por ello deberas ir a «HKEY_LOCAL_MACHINE/SYSTEM/CurrentControlSet/Services/disk». Una vez dentro, solo tendrás que cambiar el valor Start a 4 para deshabilitarlo.
Durante años, esto no fue un problema prioritario. Los SSD ya eran suficientemente rápidos como para que la mayoría de usuarios no percibiera la diferencia. Pero con la generalización del NVMe, el aumento de velocidades y el uso intensivo de almacenamiento en tareas como edición de vídeo, desarrollo o juegos, esa brecha entre rendimiento teórico y real ha empezado a hacerse evidente.
-Windows 11 25H2 y el nacimiento de nvmedisk.sys
El punto de inflexión llega con Windows 11 25H2, una actualización que introduce un nuevo controlador específico para NVMe: nvmedisk.sys. A diferencia de su predecesor, este driver está diseñado desde cero para entender y aprovechar el protocolo NVMe tal y como fue concebido.
Las pruebas realizadas por medios y usuarios avanzados apuntan a mejoras claras tanto en operaciones secuenciales como aleatorias. Esto se traduce en beneficios reales en escenarios cotidianos: tiempos de carga más cortos, mayor fluidez al trabajar con archivos pesados y una respuesta más inmediata del sistema en general.
No estamos hablando de cambios cosméticos ni de ajustes menores. Es una corrección profunda de una deuda técnica que Windows arrastraba desde hace años.
-¿Por qué Microsoft no lo activa automáticamente?
Aquí es donde la historia se complica. A pesar de las mejoras, Microsoft ha decidido no habilitar nvmedisk.sys por defecto. El motivo no es estratégico, sino puramente práctico: la compatibilidad no está garantizada para todos los SSD NVMe del mercado.
Activar un controlador de almacenamiento incompatible no es un error menor. Puede provocar fallos críticos en el arranque del sistema, dejando el equipo inutilizable hasta una restauración completa. Ante ese riesgo, Microsoft ha optado por una postura conservadora: el nuevo driver está disponible, pero su activación queda en manos del usuario.
Este enfoque revela una tensión constante en el desarrollo de Windows: avanzar tecnológicamente sin romper un ecosistema extremadamente diverso en hardware, firmware y configuraciones heredadas.
-El riesgo real de tocar el corazón del sistema
Habilitar nvmedisk.sys implica modificar el Registro de Windows, una de las zonas más sensibles del sistema operativo. Allí se almacenan configuraciones críticas que determinan cómo y cuándo se cargan los controladores esenciales para el arranque.
Un cambio incorrecto puede derivar en errores graves, incluidos los temidos pantallazos azules o la imposibilidad de iniciar Windows. De hecho, ya existen reportes de usuarios cuyos sistemas dejaron de arrancar tras activar el nuevo driver en unidades no compatibles.
Por este motivo, cualquier intento de cambio debe ir precedido de una copia de seguridad completa, ya sea mediante un punto de restauración o una imagen del sistema almacenada en una unidad externa. No es una recomendación opcional, sino una condición mínima para evitar pérdidas de datos o reinstalaciones forzadas.
-Una mejora real, pero no para todo el mundo
Cuando el hardware acompaña, el salto de rendimiento es tangible. Los SSD que funcionan correctamente con nvmedisk.sys muestran velocidades más cercanas a sus especificaciones reales, especialmente en escenarios de carga intensiva. Sin embargo, este beneficio no es universal ni automático.
La situación actual deja claro que estamos ante una transición incompleta. Microsoft ha dado el paso técnico correcto, pero todavía no puede garantizar una experiencia segura para todos los usuarios. Hasta que eso ocurra, el nuevo controlador seguirá siendo una opción avanzada, pensada más para entusiastas informados que para el público general.
-Una deuda técnica que por fin empieza a saldarse
Más allá de las cifras de rendimiento, este movimiento tiene un significado más profundo. Durante casi veinte años, Windows ha arrastrado un componente crítico que no evolucionó al ritmo del hardware. La llegada de nvmedisk.sys no es solo una mejora puntual, sino el reconocimiento implícito de que el almacenamiento moderno exige soluciones modernas.
El hecho de que esta mejora llegue ahora, y no venga activada por defecto, es un recordatorio de lo complejo que resulta actualizar los cimientos de un sistema operativo usado por cientos de millones de personas. Windows avanza, pero lo hace con cautela, consciente de que cada paso hacia adelante puede romper algo que lleva años funcionando.
Para los usuarios dispuestos a asumir el riesgo, el nuevo driver representa una oportunidad clara de exprimir por fin el potencial real de su SSD NVMe. Para el resto, es una señal de que, por primera vez en mucho tiempo, Microsoft está empezando a ponerse al día con el hardware que ejecuta su propio sistema operativo.