Desactiva estas funciones de Windows 11 para mejorar el rendimiento y la seguridad de tu PC

Si notas que tu ordenador con Windows 10 ya no funciona con la misma fluidez de antes y que la interfaz parece más lenta que en versiones anteriores, es posible que la causa no sea únicamente el hardware. La configuración del sistema operativo juega un papel determinante, y ciertos parámetros que vienen activados por defecto o que tal vez habilitaste sin darte cuenta pueden estar afectando tanto a la velocidad como a la seguridad de tu equipo.

La buena noticia es que, con algunos cambios sencillos, es posible recuperar parte del rendimiento perdido, mejorar la eficiencia del sistema e incrementar la protección frente a riesgos cibernéticos. A continuación, se explican los ajustes más relevantes que pueden ayudarte a optimizar tu experiencia en Windows 10.

-Conexiones automáticas a redes Wi-Fi: una puerta abierta a riesgos

Aunque resulte cómodo que tu PC se conecte automáticamente a redes Wi-Fi conocidas, esta función puede exponer tu equipo a amenazas si alguna de esas redes resulta comprometida. El peligro es mayor en el caso de conexiones públicas y gratuitas, donde es común que ciberdelincuentes intercepten el tráfico para obtener información sensible.

Para desactivar esta opción, accede a la Configuración mediante el atajo Windows + I, dirígete a Red e Internet > Wi-Fi > Administrar redes conocidas y revisa la lista de conexiones guardadas. Allí, basta con seleccionar cada red y desmarcar la opción Conectarse automáticamente al estar dentro del alcance. Con ello, evitarás que el sistema se vincule de forma inmediata a una red potencialmente insegura.

-Aceleración del buscador en el Menú de Inicio

La herramienta de búsqueda de Windows 10 es útil para localizar programas, archivos o funciones del sistema con rapidez. Sin embargo, para mantener esta capacidad, el sistema ejecuta un proceso de indexación en segundo plano que consume recursos de forma constante, lo que puede ralentizar el equipo.

Si no necesitas que se indexen todos los archivos del sistema y prefieres priorizar la búsqueda de aplicaciones y funciones, es posible desactivar este servicio. Abre el Menú de Inicio, escribe Servicios y localiza Búsqueda de Windows. En sus propiedades, detén la ejecución desde la sección Estado del servicio y cambia el Tipo de inicio a Deshabilitado. Posteriormente, en el apartado Recuperación, configura No realizar ninguna acción en todos los casos de fallo. Esto reducirá la carga en segundo plano y mejorará la agilidad general del sistema.

-Seguimiento de ubicación: privacidad y rendimiento en juego

Windows 10 incluye por defecto el servicio de ubicación activado, similar a lo que ocurre con los teléfonos inteligentes. Aunque es útil para funciones como Encontrar mi dispositivo, en la mayoría de los casos no es necesario mantenerlo encendido permanentemente.

Su desactivación no solo protege tu privacidad frente a posibles intentos de rastreo o uso de datos con fines publicitarios, sino que también libera recursos del sistema. Para gestionarlo, ve a Privacidad y seguridad > Ubicación y apaga el Servicio de ubicación. Si necesitas conservarlo por motivos específicos, deshabilita su acceso en todas las aplicaciones que no lo requieran.

-Telemetría: limitando la recopilación de datos por parte de Microsoft

Uno de los aspectos más criticados por usuarios de Windows 10 es la telemetría, es decir, la recopilación de datos de uso y diagnóstico que realiza Microsoft. Aunque esta función no puede desactivarse por completo, sí es posible reducirla para minimizar el envío de información y aliviar ciertos procesos en segundo plano.

Desde Configuración > Privacidad y seguridad > Permisos de Windows, en el apartado Diagnóstico y comentarios, desactiva la opción Enviar datos de diagnóstico opcionales. También, en Experiencias personalizadas, deshabilita cualquier función que utilice tus datos para personalizar contenido o recomendaciones.

-Un sistema más rápido y seguro

Implementar estos ajustes no solo se traduce en una mayor rapidez y fluidez al trabajar, jugar o estudiar, sino que también refuerza la protección del sistema frente a posibles amenazas. Windows 10 puede ofrecer un rendimiento muy sólido siempre que se controle cuidadosamente qué funciones se ejecutan en segundo plano y qué permisos se conceden.

Con una configuración más depurada, se consigue un entorno estable, seguro y adaptado a tus necesidades, garantizando que el sistema no desperdicie recursos en procesos innecesarios ni exponga información sensible sin tu consentimiento.