
Nvidia ha estado lanzando tarjetas gráficas durante muchos años, y aunque en la actualidad las generaciones más extendidas son las correspondientes a las series 40 y 50, lo cierto es que todavía existen millones de ordenadores en todo el mundo que utilizan modelos anteriores. Estas tarjetas, pese a su antigüedad, siguen ofreciendo un rendimiento aceptable para muchos usuarios, pero ahora enfrentan una limitación técnica que podría poner en riesgo su funcionamiento a medio plazo. La mayoría de las GPUs incluyen en su BIOS un certificado digital cuya vigencia no es indefinida, lo que significa que llegará un momento en que dicho soporte expire.
En concreto, se trata del BIOS UEFI GOP (Graphics Output Protocol), un módulo del firmware encargado de gestionar la salida de imagen durante el arranque del sistema. Este componente en particular tiene fecha de caducidad próxima, lo que podría afectar directamente a numerosos usuarios. El vencimiento del certificado implicaría que modelos veteranos como las GeForce GTX 600 de 2012, así como algunas generaciones posteriores, podrían experimentar serios inconvenientes en cuanto a compatibilidad y seguridad.
-El vencimiento del certificado UEFI CA 2011 y sus implicaciones
El certificado digital de seguridad Microsoft UEFI CA 2011 expira en junio de 2026, y este hecho representa una amenaza real para las tarjetas que no reciban una actualización oficial. El problema es comparable al fin del soporte de Windows 10, aunque en este caso no conlleva un impacto tan inmediato ni generalizado. La clave está en que este certificado está vinculado al mecanismo de Arranque Seguro de los sistemas operativos de Microsoft, conocido como Secure Boot.
Cuando este proceso de seguridad se encuentra activo, el sistema únicamente permite cargar componentes que cuenten con una certificación vigente, lo que evita la ejecución de software malicioso en las etapas iniciales del arranque. Sin embargo, si la tarjeta gráfica carece de un certificado válido, será considerada una vulnerabilidad, por lo que no superará las validaciones necesarias. Como consecuencia, el ordenador podría no iniciar correctamente, quedarse en negro o incluso impedir el acceso a la pantalla de la BIOS en equipos que dependen de la GPU para completar la secuencia POST.
-Modelos potencialmente afectados y panorama de incertidumbre
Aunque no existe una lista oficial confirmada, todo apunta a que podrían verse afectadas distintas generaciones de GPUs de Nvidia, incluyendo las GeForce GTX 600, 700, 900, 10 y 16, así como las RTX 20 y 30. En todos estos casos, si los fabricantes no emiten una renovación del certificado, los usuarios podrían encontrarse con un escenario en el que sus tarjetas gráficas se vuelvan funcionalmente inservibles bajo configuraciones de arranque seguro. De hecho, expertos de la comunidad han advertido que, en placas base que dependen de una tarjeta gráfica dedicada para iniciar, la ausencia de un certificado válido podría convertir literalmente a estas GPUs en “ladrillos funcionales” hasta que se libere una solución.
Incluso se han compartido herramientas y scripts que permiten verificar si un equipo se encuentra dentro del rango de riesgo, lo que ayuda a los usuarios a anticiparse a posibles problemas. Sin embargo, hasta ahora no se ha confirmado oficialmente que Nvidia o los fabricantes de tarjetas lancen de forma masiva la renovación del certificado, lo que genera una incertidumbre considerable en quienes dependen de modelos afectados.
-Opciones disponibles para los usuarios
En este escenario, los usuarios que dispongan de GPUs antiguas cuentan con dos caminos principales. La primera, y más recomendable, es esperar a que se libere la certificación UEFI CA 2023 por parte de Microsoft y que esta pueda aplicarse mediante actualizaciones de firmware para garantizar la continuidad en el uso de estas tarjetas más allá de 2026. De esta manera, el sistema operativo mantendría el nivel de seguridad y las GPUs seguirían siendo plenamente funcionales.
La segunda opción consiste en desactivar el arranque seguro directamente desde la configuración de la BIOS. Aunque esta medida permitiría seguir utilizando el ordenador, implica una reducción significativa de la seguridad, ya que abre la puerta a posibles modificaciones no autorizadas y aumenta la exposición a ciberataques y programas maliciosos. Además, podría causar incompatibilidades en determinadas funciones del sistema, incluyendo la ejecución de software que depende de mecanismos de seguridad como el anti-cheat en videojuegos.
-Perspectiva a futuro
Por todo lo expuesto, resulta evidente que la renovación del certificado es la mejor salida tanto para fabricantes como para usuarios. Sin esta actualización, millones de tarjetas gráficas en uso podrían quedar en una situación de obsolescencia técnica a partir de mediados de 2026. Por el momento, la comunidad tecnológica mantiene la expectativa de que la certificación UEFI CA 2023 de Microsoft sea implementada, garantizando así que los modelos afectados sigan funcionando correctamente sin comprometer la seguridad ni la experiencia de uso.